Portaaviones clase 002 de la Armada Popular de Liberación, 17 de junio de 2019. @wikimedia. @Tyg728
La frágil paz en el estrecho de Taiwán:
En agosto de 2022, cuando los ojos del mundo estaban puestos en la invasión rusa de Ucrania, la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, realizó una visita oficial al Parlamento de Taiwán, durante la cual anunció que Estados Unidos no iba a “abandonar a Taiwán”, en referencia a las veleidades expansionistas del gigante asiático.
La respuesta china no se hizo esperar. El día después de la partida de Pelosi, el Ejército Popular de Liberación chino inició las maniobras más ambiciosas de su historia en el estrecho de Taiwan. Esta contundente demostración de fuerza aérea y naval, en la que incluso se llegó a usar fuego real, buscaba mandar ante Estados Unidos un mensaje inequívoco: Que Taiwán pertenece a China, y que Pekín no piensa tolerar las interferencias americanas en lo que considera su territorio.
Las crisis en el estrecho de Taiwán se han sucedido desde la proclamación de la Republica Popular China en 1949. No obstante, la tensión viene creciendo a marchas forzadas desde 2019, cuando Xi Jinping en un discurso que China debía “ser reunificada”, sin renunciar al uso de la fuerza, llegado el caso.
La agresiva retórica china ha motivado un acercamiento cada vez mayor de Taiwán hacia Estados Unidos. La República Popular China, a su vez, ha respondido intensificando cada vez mas sus ejercicios militares en el estrecho. Las autoridades taiwanesas denunciaron recientemente que el EPL ha normalizado las maniobras militares en su territorio, y que la intrusión de aviones y naves chinas en su territorio se ha convertido en parte de su realidad cotidiana. Si bien el estallido de un conflicto no parece inminente, la tensión entre las dos orillas del estrecho es cada día más alta.
Porqué China considera a Taiwán parte de su territorio:
China controla oficialmente Taiwán desde el año 1683, cuando el gobierno de la dinastía Qing decidió ocupar la isla para prevenir la piratería. No obstante, el dominio imperial sobre Taiwán siempre fue bastante débil, y las rebeliones de la población aborigen taiwanesa fueron una constante durante más de 200 años.
Tras la Primera Guerra Sino-Japonesa, el Imperio del Sol Naciente se anexionó la isla, en la cual acometió un ambicioso programa de modernización. Los japoneses construyeron ferrocarriles, implementaron nuevas técnicas agrícolas, e hicieron de Taiwán el lugar más prospero de Asia fuera del mismo Japón. En la actualidad, muchos taiwaneses ven con nostalgia la etapa de dominio japonés, al contrario de lo que ocurre en China o Corea.
Con el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, los japoneses se vieron obligados a ceder la isla al gobierno chino, entonces comandado por el Kuomingtang (Partido Nacionalista Chino). Sin embargo, al año siguiente, estalló la Guerra Civil en China entre comunistas y nacionalistas. Con la victoria del bando comunista en 1949, los nacionalistas se refugiaron en Taiwán, isla inaccesible para el ejercito del Partido Comunista, fuerza guerrillera que no contaba prácticamente con ninguna clase de armada. Desde allí, el Kuomingtang siguió reivindicando su derecho como “legítimo” gobernante de China.
La etapa de gobierno del Kuomingtang a partir de 1949 se caracterizó por una represión brutal, el llamado Terror Blanco, contra una población taiwanesa que no aceptaba el gobierno por parte de los chinos de la etnia han, la mayoritaria en China continental. El Kuomingtang tuvo que usar una fuerte represión para imponerse a una población taiwanesa que los veía como extranjeros invasores.
La transición a la democracia comenzó a partir de 1988, siendo 1996 el primer año en el que se celebraron elecciones presidenciales libres. Desde entonces, el Kuomingtang se ha alternado en el poder con el Partido Democrático del Pueblo (PDP), de centroizquierda, y votado mayoritariamente por los taiwaneses étnicos.
Porqué es tan compleja la situación diplomática entre China y Taiwán:
Como heredero del antiguo gobierno de la China Republicana, Taiwán se considera oficialmente como el legítimo gobierno de China, algo que se refleja incluso en su nombre oficial (República de China). Hasta el año 1971, Taiwán ostentaba el asiento de China en la Asamblea de las Naciones Unidas. Sin embargo, a partir de ese año, la mayoría de los países empezaron poco a poco a reconocer a la comunista Republica Popular China como el legítimo gobierno de china. En la actualidad, solo un puñado de países, pequeños y mayormente irrelevantes, reconocen a Taiwán como legitimo gobierno de China.
La posición internacional del país y la relación con la china continental es la principal línea divisoria en la política interna taiwanesa. El Kuomingtang, a pesar de su antigua enemistad con los comunistas, es más favorable a estrechar lazos con Pekín, y comparten su deseo de unificar China bajo un solo estado. El PDP, por contra, se muestra mucho más hostil con la Republica Popular, y pretende una mayor aproximación de Taiwán a Occidente y Estados Unidos, siendo su programa de máximos la independencia de la isla.
Como resulta lógico, la inmensa mayoría de los estados del mundo prefiere reconocer al gobierno chino de Pekín antes que al de Taipei, ya que eso facilita las relaciones económicas y diplomáticas con la China continental, segunda potencia económica global y mayor productor industrial del mundo.
No obstante, Taiwán cuenta con el apoyo de Estados Unidos, país que mantiene una pseudoembajada en Taipei, y que en los últimos tiempos ha comenzado a armar al país insular ante lo que percibe como una creciente agresividad china. También el Alto Representante de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha instado a los países miembros a enviar buques de guerra para patrullar el estrecho de Taiwán para “mostrar el compromiso de Europa con la libertad de navegación”.
¿Por qué es tan importante Taiwán para China y el mundo?
La pequeña isla se encuentra en el centro de la tensión internacional por muchos factores. Para la República Popular China, Taiwán es una provincia rebelde, y la anexión al país es una parte irrenunciable de los objetivos de la Republica Popular, tanto que hasta aparece mentado en la Constitución del país como un “deber sagrado”.
No obstante, la población taiwanesa cada vez se muestra mas reacia a la unificación con China, sobre todo ante la lenta supresión de los mecanismos democrático-liberales en su vecino Hong Kong, antigua colonia británica devuelta a la China Continental en 1997, y cuyas libertades iban a ser en principio respetadas por Pekín. La reciente victoria este 2024 del PDP en las elecciones presidenciales de Taiwán indica que las posiciones en el estrecho están cada día más encontradas.
No es este el único punto de fricción respecto a Taiwán. La empresa taiwanesa TMSC es la mayor productora de semiconductores del mundo, un producto indispensable para el desarrollo de la alta tecnología, lo que hace del control de la isla un asunto de primera importancia para una economía global ya muy inestable debido a la guerra de Ucrania, y la inestabilidad en el Mar Rojo. La crítica dependencia económica china de la importación de semiconductores taiwaneses ha sido descrita como un “escudo de silicio”, una formidable barrera para la reunificación por la fuerza.
Estados Unidos está determinado a defender Taiwán de una posible invasión china, tal y como viene recogido en la Taiwan Policy Act de 2022. También la Unión Europea tiene intereses vitales en la zona, ya que el 40% del comercio europeo atraviesa el estrecho de Taiwán.
Además, la isla cuenta con unas importantes defensas naturales, y unas fuerzas armadas de unos 170.000 soldados. Un desembarco anfibio es ya de por sí una operación militar de suma complejidad, que, en el caso de Taiwán, se podría tornar quimérica. Es arriesgado asegurar si China invadirá o no Taiwán, pero es seguro que no lo tendría fácil si acabase recurriendo a la unificación por la fuerza.